viernes, 13 de marzo de 2009

Lámparas de velas y relojes de péndulo (I).

Galileo era profesor de filosofía natural en la Universidad de Pisa. Observaba con gran interés la naturaleza y los fenómenos físicos que le rodeaban, e intentaba buscarles una explicación. En aquella época (1564-1642), la Iglesia marcaba gran parte de la vida social y Galileo, como uno más de su tiempo, aistía asiduamente a los oficios religiosos que se celebraban en la catedral de Pisa.

Para iluminar la catedral durante los oficios nocturnos se utilizaban grandes lámparas de velas que pendían mediante cadenas del techo abovedado de la catedral. las lámparas colganban todas a la misma distancia del techo, para iluminar mejor al Cristo y las figuras de los Santos.

Galileo habnías asistido ya muchas veces alos oficios religiosos, y, aunque había admirado (en) varias ocasiones el hermoso trabajo de orfebrería de las lámparas, no fue hasta una tarde torbentosa de invierno cuando feparó en que las lámparas se movían de una forma muy peculiar. Ya había observado este tipo de movimiento en muchas ocasiones anteriores: en los botes del aguador, cuando llevaba el agua a su casa, en las cortinas de su habitación, cuando hacía corriente(s), o en los adornos que colgaban del techo de algunas viviendsas lujosas. Pero hasta esa noche no había tenido tiempo de pararse a meditar sobre el fenómeno. Ese día en especial, (fue) el fuerte viento de las tormenta hacía oscilar vigorosamente las lámparas. Las que se encontraban cerca de la puerta describían grandes arcos, mientras que las lámparas próximas al altar se movían sólo un poco.

-"Claro"- pensó. -"Cerca de la puerta, donde la tormenta arrecia, el viento es más fuerte"-.

Pero había algo que le intrigaba. Le parecía que, el su vaivén, !todas las lámparas taradaban el mismo tiempo en realizar una oscilación!

-"No es posible"- pensó. "Si el arco que describen es mayor, el tiempo que tardan en recorrerlo, deberá también ser mayor". Galileo estaba decidido a comprobar si su observación era cierta, pero tenía un pequeño problema. El reloj de sol que había en la plaza del ayuntamiento no era muy preciso, y no le valía para cronometrar el tiempo que tardaban las lámparas en oscilar (además era de noche, claro).

-"Ni siquiera tengo aquí un reloj de arena o de agua".

Pero un buen científico como Galileo no se deja frenar por semejantes contratiempos en su afán por explicar los fenómenos.

-"Utilizaré la pulsaciones de mi corazón como reloj".


ENLACES:

http://www.relojeria.org/tienda_relojes/index.php?menu=revista&modulo=revista&id=267

http://www.redcientifica.com/doc/doc200111240001.html

http://kruspex.blogspot.com/2007/06/un-poco-de-historia-galileo-y-las.html


By: Jenny y Sandra.

2 comentarios:

Unknown dijo...

12 fallos.
Todos los párrafos están juntos. No habéis puesto los puntos y aparte.
Muy buenos los enlaces.

cheito dijo...

Anda que anda jenni eres una analfabeta jajajajaja